viernes, 28 de junio de 2013

Idiota

El Lunes es mi día libre. Mientras que para la mayoría de los habitantes de este planeta es sinónimo de hastío y es motivo de improperios y odios, para mí es el mejor día de la semana. Es el único momento de veinticuatro horas en el que mi tiempo no se pierde sirviendo comida. Y es que por mucho que me avergüence decirlo, y por mucho disgusto que a mi madre le produzca la cruda realidad, a la edad de veinticinco años no soy más que un vulgar camarero.

martes, 25 de junio de 2013

Gorda

No te das cuenta, y por mucho que yo te lo diga no me haces caso. Sigues creyendo que la verdadera belleza es la de las revistas. En la playa, pasas calor con tal de no pasar vergüenza. No puedes aceptar que tú eres así. Perfectamente imperfecta.

sábado, 22 de junio de 2013

Amaneció Soleado

Nada. No queda nada.
Cuando las autoridades emitieron un comunicado sobre el suceso, la palabra error fue la más repetida. Y lamentable. Según ellos todo había sido un lamentable error con drásticas consecuencias. Pero para mí ha sido el fin.
Todo destrozado por la naturaleza. ¿Dónde está el Dios del que todos hablan cuando todo desaparece en medio de un tornado? Mi hogar. Mi hija. Mi vida.

martes, 11 de junio de 2013

Discurso para un maestro: Salvador Garrido Melgar

A continuación os reproduzco el discurso que leí en la misa que se hizo en recuerdo al que fuese mi profesor Salvador Garrido Melgar, y que murió hace unos meses a causa de un cáncer. Hoy lo he encontrado entre unos correos perdidos, y creo que deberíais echarle un vistazo:

Buenas tardes. La mayoría de vosotros no me conoceréis o no os acordaréis de mi. Soy Alejandro Berraquero y fui alumno de Salvador durante dos años. Sé que es una cantidad de tiempo insignificante en comparación con quién ha vivido toda su vida con él, pero a mí esos dos años me marcaron. Me hizo ser la persona que soy ahora, y sin él no podría llegar a haber escrito estas palabras.
Podría decir muchas cosas, demasiadas. Podría decir que ha sido y será el mejor profesor que he tenido nunca, que con su sencillez alegraba todas mis mañanas, que convirtió una clase de veintipocos locos en una familia.