Por Alejandro Berraquero
6 de mayo de 2014
Mi primera palabra podría haber sido suelo, ropa o cuna, pero fue mamá. No sé si lo fue por moda -dado que todos los bebés hacían lo mismo- o por el simple hecho de que la que me levantaba del suelo cuando me caía dando mis primeros pasos, la que me quitaba y ponía la ropa cada día y la que me elevaba de la cuna por las mañanas era mi madre. El caso es que esas fueron las primeras letras que logré ordenar con algo de sentido.