Hoy he empezado a twittear micro cuentos que han gustado bastante, así
que he escrito esta entrada con veinte micro cuentos y tres reflexiones cortas
que escribí hace unos dos años, aunque parezca mentira. Me avergüenzo un poco
de ellas, pero me traen buenos recuerdos y quería compartirlas con vosotros.
Para mi gusto, Futuro Imperfecto es la única que se salva de las tres…
Bueno,
aquí os lo dejo, un abrazo.
Veinte
micro cuentos y una vida
1. “Venga,
cobarde, dispara”, dijo apuntando al espejo.
2. Y
lo peor es que Adán, aun sabiendo que le echarían del paraíso, mordió la
manzana prohibida para no separarse de Eva.
3. Y
cuando le decapitaron, se volvió loco al perder la cabeza.
4. Y
cuando no pudo más se suicidó, arrojándose al vacío que sentía por dentro.
5. Y
de lo único de lo que se arrepintió al saltar de la azotea, fue morir sin
llegar a saber qué decía ese WhatsApp que le había vibrado en el bolsillo
mientras veía más y más cerca el suelo.
6. Dame
un beso, dijo la cobra.
7. Dispárame,
yo ya estoy muerto.
8. Sonreír
es de valientes, dijo el cobarde, sonriendo.
9. Tras
cerrar la puerta y tirar la llave, se dio cuenta de que en realidad el paraíso
no era tan bonito como lo anunciaban.
10. “Sácame
de aquí”, le dijo al mismo que la había secuestrado. Y él, encantado, le abrió
la puerta con una sonrisa y la dejó marchar, pero horas después, en un bonito
traje de madera de pino.
11. Y
meses después de jurar aquello de “hasta que la muerte nos separe”, ambos ya
estaban buscando algo que los resucitase.
12. El
problema de estar en una nube es que no hay suelo, pero eso él no lo sabía, y al
dar un paso, se precipitó a la realidad.
13. En
cuanto leyó aquello de: “El día que no sonrías será un día perdido”, dejó de
perder días, pero ya sólo sonreía por compromiso.
14. Cuando
ella dijo que él era su vida no sabía que se estaba suicidando.
15. Ambos
tenían como lema eso de: “Yo nunca me enamoro”, y por no contradecirse,
siguieron andando solos.
16. Un
día se confundió, y le dijo “Te quiero”. A día de hoy sigue confundiéndose,
encantada.
17. Y
el millonario, tras tomarse el desayuno envenenado que su hijo le había
preparado, se alegró de haber cambiado el testamento a sus espaldas antes de
caer al suelo, muerto.
18. Él
dice que se hizo policía por el uniforme. Hoy, mientras golpea a un manifestante,
admite en su subconsciente que lo hizo para que la porra reglamentaria supliese
su falta de virilidad entre las piernas.
19. Y
tras tantos “Te amo” que ella se creyó, empezó a pensar que sería un gran
actor.
20. “Si
te vas a ir, apaga la luz, que no quiero ver cómo te vas”, le dijo, pero antes
de que ella pudiese darle al interruptor ya se habían fundido los fusibles.
Vida
Pretérito simple.
Así
de sencillo. Podemos pasarnos a vida pidiendo perdón, martirizándonos por lo que
ha ocurrido o, por el contrario, aun pidiendo perdón -porque no es recomendable
tener enemigos, por divertido que sea- debemos mirar hacia delante.
Debemos
dejar atrás a esas personas que, aunque nos hicieron pasar los mejores momentos
de nuestra vida, ya no tienen sitio en ella. Y sí, sé que es difícil, sé que
ahora mismo piensas que no puedes hacerlo. ¿Que por qué? Porque estás jodidamente
enamorado de esa persona, y piensas que sin ella nada es igual. Pero os voy a
decir algo más, quizás metiendo el dedo en la llaga. ¿No eras feliz antes de
conocerla? Yo me respondo, sí. Demasiado feliz. ¿Que lo fuimos aún más a su
lado? Puede, pero pensad que hay más en el mundo. No todo se resume a una
persona. Somos 7.000.000.000 en el planeta. ¡Anda! Cuantos ceros, ¿No? Veo que
vas pillando la idea. Que sí, que está muy buena, que es muy simpática, que es
maravillosa, que tiene todo lo que buscas... Pero sete sincero. Con esa
persona, ahora peleas, sufres y discutes más de lo que ríes y disfrutas a su
lado.
Y
venga, llámame como me quieras llamar, pero por desgracia, la tuya y la mía,
son la misma historia siempre. Todo se repite. Nada de lo que tú hayas hecho no
lo ha hecho alguien antes. La historia es muy larga, y algo habría que aprender
de ella.
Y
venga, que no todo es tan malo. Suerte, y vive la vida, que por mucha mierda
que le metan, sigue habiendo sólo una.
Alejandro
Berraquero 9-Diciembre-2012
Presente compuesto.
Porque
lo difícil es saber aprovechar cada instante. Sin estupideces, centrándose en
lo que importa. Ya sabes, todo eso de "no dejes para mañana lo que puedas
hacer hoy" y eso de "vive el momento". Pero supongo que esto te
lo habrán dicho muchas veces y veo de poca originalidad caer en el pecado de
reincidir en ello. Si no has hecho caso a quienes te han aconsejado es porque
no has querido. Has preferido seguir a tu manera. ¿Pero eso es lo correcto?
Dejad
que me explique. Me refiero a eso de "ayúdame, que necesito que alguien se
preocupe por mí". Esa necesidad del ser humano de querer y ser querido,
pero que llevada al extremo puede llegar a dar pena. Y eso, como todo el mundo
sabe, no es recomendable.
Y
bueno, dicen -según me han contado, no sé si es cierto- que las palabras dichas
se las lleva el viento, pero las escritas permanecen. No sé si es cierto o no,
pero si has perdido el tiempo leyendo esto, al menos algo se te habrá quedado
en la memoria. O eso espero.
Alejandro
Berraquero 10/Diciembre/2012
Futuro Imperfecto.
No,
la vida no es de color de rosa -o de cualquier otro color del que, en tus
sueños, hayas decidido pintarla-. La vida tiene muchos colores. Demasiados. La
vida, esa querida hija de puta, te tiende emboscadas a lo largo del camino. El
frenesí del "aquí te pillo, aquí te mato", como se dice popularmente.
Y es que aunque la vida está echa a base de segundas oportunidades, cada ocasión
es peor que la anterior. No hay nada como la primera vez, ¿No?
Así
que si en algún momento lloras, maldices y
piensas rendirte, para el carro. Que aunque una ocasión como esa no vaya
a volver a suceder, no significa que no pueda venir otra por otro camino, que
sea -lee, no es ninguna barbaridad- incluso mejor que aquella que has dejado
escapar.
Y
el destino, que está hecho un maricón, no es ningún estratega de elite.
Cualquiera puede controlarlo o moldearlo a su gusto.
¿Y
qué más decir? No llores, que es de mala educación.
Venga,
un abrazo.
Alejandro
Berraquero. 10/Diciembre/2012
Por Alejandro
Berraquero, a 26 de Octubre de 2014 en
hastaquesecolapselainspiracion.blogspot.com
En Argentina decimos que si eres joven, no puedes cantar tangos. No has vivido lo suficiente. tu, Barraquero, aunque veo que eres joven, bien podrías cantar tangos aquí.
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