Toqué la gloria con los dedos pero luego se desvaneció
-Rubén Hervás (Cheb Rubën)
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| Foto por Loli Soto. Jerez, Agosto de 2016. |
Adelanto de "SOMOS LO QUE OLVIDAMOS", mi segundo libro:
¿Qué es estar solo?
Escribir esto es como si pensase. Como si te pensase. No sé dónde estoy. No sé qué soy. A fin de cuentas, ¿importa? Estoy muerta, aunque eso ya lo sabes. Sin embargo, hay muchas cosas que aún desconoces.
Me pregunto si alguna vez has estado solo. ¿Has vivido la soledad, esa sensación que te inunda cuando no tienes a nadie cerca? No hablo de que tu presencia sea la única en una habitación, ni de tu aburrimiento los domingos por la tarde, ni de que tu cuerpo no esté rozando el de otra persona. Me refiero a la incomprensión, a la impotencia, al estar teniendo una conversación con alguien y ver que las palabras están vacías, huecas. Notar que, aunque intentes minimizar tus pensamientos para agradar a tu interlocutor, te quedas corto. Comprender que las letras que se ordenan tienen que ser aún más banales, más superficiales para poder conectar en algún punto con aquel que te sonríe al otro lado de tu mirada. Y eso, por supuesto, en el caso de que estemos hablando de una charla en vivo, en carne y hueso. Cuando la interfaz comienza a ser dos pantallas separadas por kilómetros es cuando pasamos de tener dificultades a no tener nada.
¿Qué es estar solo? Me lo he preguntado muchas veces. Yo era esa típica y estúpida chica que creía que consistía en estar aburrida, sin tener nada que hacer ni nadie con quien compartir esa nada. Pero no. Estar solo es conversar con uno mismo. El problema es que no sabemos de qué hablarnos.
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