sábado, 5 de noviembre de 2016

Lloviendo sobre roto

"De los mimos,
a quedarnos como mimos."
- José Galinier (Dheformer)



Agosto de 2016, foto por Loli Soto.



Que llueva. Que llueva y no pare. Que llueva como si este dolor fuese disminuyendo con cada gota que choca contra el suelo.

Quiero que nos sentemos en el porche y charlemos. Que nos quedemos en silencio, que escuchemos la banda sonora que nos propicia la lluvia, que veamos el impacto contra el agua de la piscina, esperando que ésta rebose. Deberíamos de cerrar el toldo. Sabemos que, si no lo hacemos, llegará un momento que no podrá seguir aguantando el peso y se romperá. Pero no nos movemos. Es como si quisiésemos ver cuál es su límite. Quizás el toldo nos simbolice a nosotros mismos. ¿Nos habremos roto ya? ¿Cuánto hace que nos rompimos?

Es curioso cómo, a pesar del frío y la humedad, no nos acercamos. Permanecemos cada uno en nuestra silla, mirando el cielo. Es de noche, no podemos ver nada, y sin embargo sentimos cómo todo nos abraza. Los árboles se mecen a merced del viento, mientras nosotros notamos cómo el tiempo hace lo mismo con nosotros. Observamos también la ropa tendida, que hace mucho que, cuando estaba a punto de estar seca, se volvió a mojar. Nos dimos cuenta tarde, para qué engañarnos. Cuando vimos el agua caer a quemarropa, nos dio tiempo de valorar que ya no nos daba tiempo a salvar nada. Preferimos, tal vez inteligentemente, mantener lejos de la lluvia al menos la ropa que llevábamos puesta. Mantenernos lejos a nosotros, como si al no estar a bajo el temporal hiciésemos que éste desapareciese. Intentando que, al ignorarlo, el problema desapareciese.

Pero, sorpresa: Nunca desaparece.

No voy a seguir. No quiero que esto me ocupe más de un folio. Hace rato que ha escampado. Tú te has levantado y has ido al salón, a sentarte en el sofá. Yo me he quedado aquí fuera, oyendo cómo los restos de la tormenta se van por las alcantarillas de la calle. Como si ahora que no está, nunca hubiese existido. No me refiero a la lluvia.

Me refiero a lo que sentíamos el uno por el otro.



Por Alejandro Berraquero, en www.hastaquesecolapselainspiracion.blogspot.com a 5 de noviembre 2016.

1 comentario:

  1. Wow... Realmente me has transmitido esa tormeta que describes dentro de mí. Supongo que han habido cosas que te han llevado a sentirte así. Ánimo. Después de cada tormenta siempre llega la calma.

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